Nuestra Historia
La fascinante Historia de Tamajón y de sus pedanías, Almiruete, Muriel y Palancares, se remonta a varios siglos, llegando a alcanzar un notable desarrollo durante la Edad Media. No obstante, se tiene constancia de que estas tierras estuvieron pobladas desde hace varias decenas de miles de años, habiéndose encontrado aquí los que podrían constituir los primeros resto de humanos en el interior peninsular y otros muchos descubrimientos de gran interés. ¡Te invitamos a descubrir y conocer nuestro asombroso pasado!
Habitantes de la Prehistoria
Gracias a los hallazgos que han tenido lugar en el yacimiento denominado “Cueva de los Torrejones”, uno de los más valiosos de la región castellanomanchega, se tiene constancia de que estas tierras estuvieron habitadas desde el Paleolítico superior, a finales del Pleistoceno.
En Tamajón, en el entorno de la Ciudad Encantada en concreto, se han encontrado unos restos fósiles humanos (Homo sapiens) que podrían ser los más antiguos de nuestra especie en la Meseta central de la Península. Originalmente se planteó la posibilidad de que estos restos correspondiesen a otros homínidos, al hombre de Neandertal concretamente, pero estudios recientes han confirmado que pertenecerían a Homo sapiens (datados entre hace 15.000 y hace 25.000 años). Se han hallado en nuestro municipio, a su vez, abundantes fósiles de fauna prehistórica, destacando los de especies tan singulares como hienas (Crocuta crocuta), leopardos (Panthera pardus), rinocerontes de estepa (Stephanorhinus hemitoechus), osos pardos (Ursus arctos) y asnos salvajes (Equus hydruntinus), entre otros.
De este periodo, del Paleolítico Superior, datan también varios conjuntos de pinturas rupestres de un valor incalculable, localizados en diversas cuevas y abrigos situados en los alrededores de Tamajón, como los descubiertos en la Cueva del Chorrillo o del Turismo.
Igualmente sobresalen por su importancia otras pinturas rupestres, cuya procedencia se ha ligado a unas fechas algo más recientes (periodo Calcolítico, en torno al 3.000 a.C.), de trazado abstracto, descubiertas en un abrigo situado en el Barranco de las Quintillas, en Muriel.
Con un especial interés hay que destacar también en nuestro municipio, de nuevo cerca de Muriel, la existencia de un antiguo yacimiento del final de la Edad de Bronce, donde se encontraron en la base de un cerro calizo situado junto al río Sorbe restos de cerámica de este periodo, con diversas decoraciones, así como puntas, láminas de sílex y punzones de hueso. El yacimiento de Muriel constituye uno de los pocos conocidos de la Edad de Bronce en la provincia.
Tamajón en la Edad Media
Posiblemente los restos de la edificación más antigua que se conserva en nuestro municipio sean de origen árabe, correspondiendo a antigua fortaleza ubicada en las inmediaciones de Tamajón, en la loma del Castillejo, que pudo servir durante la época califal para vigilar estos alomados parajes de la Sierra Norte de la provincia. De esta construcción, que ya fue citada en el Libro de la Montería de Alfonso X, se mantiene en pie únicamente un muro, y algunas de sus piedras originales podrían tener una antigüedad de más de mil años.
Durante las últimas décadas del siglo XI se produce la campaña liderada por parte de Alfonso VI para conquistar la ciudad de Toledo, pasando a formar parte del Reino de Castilla lo que es hoy la actual provincia de Guadalajara en el año 1085. Tuvo lugar con posterioridad la repoblación de estas tierras con gentes llegadas de regiones más septentrionales de la Península, como el País Vasco, La Rioja o Navarra.
Uno de los más valiosos tesoros de Tamajón se conserva en el Archivo Municipal: se trata de una antigua carta, del año 1259, a través de la cual Alfonso X, El Sabio, concedía a Tamajón –que por aquel entonces era un aldea de la Villa y Tierra de Ayllón– la potestad de celebrar su mercado semanal los martes.
Durante la Edad Media se tiene constancia que fue cuando Tamajón alcanzó un mayor desarrollo, llegando a alcanzar una población realmente considerable y a adquirir una merecida notoriedad comercial. Durante el siglo XIV Tamajón pasó a pertenecer a la familia de los Mendoza, consiguiendo el título de Villa a lo largo de la segunda mitad del siglo XV. Fueron los Mendoza, entre otras ilustres familias, los que marcarían en buena medida el devenir y el desarrollo de nuestro municipio durante los siguientes siglos.
De esta época se conservan en nuestro municipio algunos monumentos del Románico tardío, como la magnífica Iglesia de Almiruete, con su característica e inconfundible espadaña, al igual que algunos elementos de la Iglesia de Tamajón, de origen románico (siglo XIII).
El desarrollo del Renacimiento y el Barroco
A lo largo de los siglos XVI y XVII Tamajón mantuvo todavía un notable esplendor, como atestiguan algunos de los edificios de mayor relevancia de nuestro pueblo. El trazado urbano que contemplamos en la actualidad, ordenado en tres calles principales y paralelas, se mantiene casi intacto desde esta época, lo que pone en relieve el desarrollo que alcanzó y conservó nuestra localidad durante el Renacimiento.
Fue tal la importancia de Tamajón durante la primera mitad del siglo XVI que, en función de un censo ordenado por Carlos I en 1528, el concejo llegó a contar con 868 vecinos, una cifra que incluso superaba a Guadalajara (737 vecinos) y a otras muchas localidades de la provincia, como Pastrana (653 habitantes) o Sigüenza (442 habitantes).
Destacan, entre otros monumentos, el Palacio de los Mendoza (en la actualidad, sede del Ayuntamiento), que se construyó con piedra caliza a mediados del siglo XVI, en la época renacentista, y que perteneció a la familia de los Mendoza hasta el siglo XIX, cuyo escudo de armas se conserva en la fachada principal. La magnífica Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Tamajón, también data del Renacimiento, al igual que otros edificios y viviendas que aún se conservan en esta localidad.
En esta época se llevó a cabo, a su vez, la construcción de un importante convento franciscano, del cual por desgracia en la actualidad solo se conservan las ruinas. Su fundación se debe a doña María de Mendoza, nieta del Cardenal Mendoza, que dejó en su testamento el terreno y una cantidad económica para ello. Se inicio su construcción en 1592, finalizándose a lo largo del siglo XVII, si bien los siglos posteriores sería ampliado.
Del siglo XVII, en el apogeo del Barroco, data también el Palacio de los Montúfar, con una portada característica de esta época. A la familia de los Montúfar se debe asimismo una valiosa capilla que se conserva en el interior de la Iglesia, construida un siglo antes.
Una mención especial merece, en este punto, la piedra caliza de Tamajón y la cantería. Esta piedra extraída de las canteras de nuestro municipio fue empleada, durante siglos, en la construcción de numerosos edificios, no solo de nuestra localidad y de otros pueblos cercanos, sino también de Guadalajara, Alcalá de Henares y Madrid. Desde el siglo XVI existen referencias de la existencia de canteros en Tamajon, que llegaron a realizar obras muy apreciadas y de gran elaboración.
A lo largo del siglo XVII tuvo lugar un llamativo descenso en el número de habitantes de Tamajón, quedando incluso menos de 100 vecinos en nuestra localidad, cifra que se mantendría más o menos estable durante los dos siguientes siglos. Así, en función de la información recogida por el Catastro del Marqués de la Ensenada, en Tamajón residían 143 vecinos en el año 1752.
Con la llegada del siglo XIX aparecieron en Tamajón las primeras iniciativas industriales, entre las que destaca la construcción de una fábrica de vidrios, que estuvo en funcionamiento desde su construcción en el año 1827 hasta mediados de siglo. Por el empuje económico de esta y otras actividades, la población aumentó y Tamajón se modernizó, adquiriendo de nuevo una cierta importancia, siendo designada la villa como sede de partido judicial, al crearse la provincia de Guadalajara en 1834.
Para saber más:
Tamajón en la Edad Moderna (siglos XVI a XIX)
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